Pues mi corazón te llama cada vez que duermo.
Está última vez, nos comunicamos poco, pero interactuamos con un apasionado beso, en el cual me decías, que te esperara, que pronto estarías a mi lado, mientras me pedías, "Besame cómo quieres que te lo haga, cuando estemos juntos".
Me devore tus labios y bebi el nectar de tu lengua, recorri tus comisuras, bese tus ojos tiernamente, marque tus mejillas, mordí un poco los lóbulos de tus orejas, te mire a los ojos y volví a besarte hasta que me faltó el aliento.
Cuan desesperado estaba por qué el tiempo no pasará más, para seguir compartiendo contigo un momento.
Desperté feliz, sin embargo no me levanté, para seguir durmiendo, para encontrarte en ese mundo onírico, dónde parece que nada es perfecto, pero es donde estamos juntos, y podemos seguir viviendo.
Amazona que vives en tu jungla de amistades, dónde todo depredador es tu presa, dónde gobiernas con tu sonrisa, recuerda que en mi corazón tienes un hogar, y dónde vuelva a verte, sin duda nos vamos a besar.
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