La pieza que falta

Hoy de corazón le dije te amo, y sé que lo siente de igual manera.
Esta semana he meditado, siempre llego, a la misma respuesta:
Soy afortunado, tengo todo lo que quiero.

Y en el regocijo de mi iluminación, en el disfrute de mi tiempo,
en los planes próximos y futuros lo entiendo, sí que lo tengo todo,
pero también sé, que no te tengo.

Tengo cicatrices en mí, que me dejaron tus caricias y tus besos,
cada vez que lo pienso, olvido lo malo y en los momentos felices
que pase contigo, me entretengo.

Tus ojos traviesos, tu amplia sonrisa, tu bella faz y por siempre tus dulces senos.
Sé bien que recuerdo con intensidad nuestra desbordante pasión, 
deseando que fueran solo los recuerdos de nuestro romance, un anhelo.

Me digo mientras escribo y pienso, que ya no te amo, que solo te deseo,
pero el clímax no era solo llenarte de mi néctar, si no, simplemente estar contigo.

Todo lo prohibido, aquello que juraste no hacer y solo hiciste por primera vez conmigo, 
el dolor que causamos a otros y que por momentos nos arrepentimos,
todas las lágrimas derramadas, la traición y la perdida de confianza y amigos,
no nos detuvo de reunirnos, y tomarnos otra vez, escondidos.

Pero algo se sintió diferente, era esa necesidad de terminar nuestro dulce amor,
de ser almas gemelas, dos amantes, los mejores amigos, no había otro final,
que volvernos enemigos.

Y, sin embargo, te veo en fotos, leo tus textos, y lo entiendo con todos mis sentidos,
que en este rompecabezas que llamamos vida, completaré partes, vislumbraré la imagen,
Sentiré el éxito y lograré tanto; sin embargo, no estará completo,
pues la pieza que falta, aunque sepa que existe, que la vislumbre, nunca la tendré conmigo.


-RBC

Te recordaré cada cumpleaños, el 10 de mayo, te seguiré escribiendo como si pudieras leerme, y no perderé la esperanza de verte, aunque no lo recupere todo, me conformo con estar en paz contigo.