sábado, 17 de agosto de 2013

Corazón oprimido

En momentos de soledad, cuando nada más que el mismo tiempo avanza, yo retrocedo en el.

Añorando los instantes de mi vida que compartí contigo, perdiéndome en tus ojos, cautivado con tu dulce voz, con tu risa sincera, con tus necesidades que sólo yo pude saciar.

Valoro tanto las cosas que hiciste por mi, el que en su momento, las reglas que tenías para ti misma poco importaron, pues era tu objetivo hacerme feliz.

Mi corazón se oprime en tu ausencia, le hace falta una razón para latir.

Realmente nuestra relación era simple, nació de tus inquietudes, se alimentó de mis atenciones, creció en un ambiente de aventura, amor y placer.

Lo teníamos todo, no necesitábamos más, pero la codicia nos domino, tu querías más de mi tiempo y yo quería más de ti.

Pudimos haber continuado nuestro amor prohibido por siempre, nos importo poco las consecuencias de nuestros actos, creímos que todo lo podríamos conseguir, que equivocados estuvimos.

Mi corazón se oprime de dolor, por que nos separaron de súbito.

Cuando tuvimos que terminar, cuando creímos que estar separados era lo mejor, no logramos por mucho tiempo conseguirlo.

Y sin embargo, la entrega total que teníamos, al verse reducida de tal manera, acumulo ansiedad y desato un gran error, mi error.


Mi corazón se oprime al descubrir mi debilidad, pues lo que siempre negué, lo que me hacia mejor que los demás se destruyo.

Desde entonces y para siempre, me eh arrepentido de mi frialdad, de mi manera de proceder, de mis errores...

El tiempo avanza, los recuerdos permanecen, mientras más vivos más dolorosos, nunca olvidare cuando ame por segunda vez; por última vez.

Vivo con el corazón oprimido, pues al comprimirse alcanza a disminuir el espacio vacío que dejo tu adiós y toca los remanentes del lugar al que perteneces aún. 


domingo, 21 de abril de 2013

Aventuras medievales - La Fragua del Dragón 1x09

Capítulo 9

Nos dirigimos cerca de los muros, lejos de la explanada donde estaba todo el mundo aún entretenido por las festividades, cerca de las murallas dentro del Reyno, en una casa mas bien noble pero no en óptimas condiciones, los muros de piedra altos, con ventanales que darían seguramente una iluminación óptima sin depender de las velas por largas horas del día, la puerta de madera fina pesada, aún así se abrió sin mayor dificultad, hemos llegado a su hogar.

-Sir, puede usted poner su espada donde le plazca, es un lugar humilde, pero siéntase como en su casa- ella me ofreció asiento frente a la chimenea, Mientras se dirigió a la habitación contigua.

Puse mi espada apoyada en la pared, la chimenea estaba encendida, no me di cuenta de que afuera hacia frío hasta que sentí el cálido abrazo del fuego encendido, me dispuse a sentarme en el sillón más cercano a la pared y por consiguiente a mi espada, me percate de que en el sillón más cercano al calor del lugar estaba sentado un hombre de edad, demasiado corpulento para la edad que se marcaba en su rostro, su mirada fija en el fuego, no me atreví a interrumpir su meditación.

Un momento después, en unas ropas más acordes a su género se acercó mi anfitriona, detuvo su andar donde la luz de la ventana abierta ilumino todo su ser, el cabello dorado recogido con una cuerda de tela de un color azul, dejando apenas algunos cabellos enmarcando su faz, sus grandes ojos, eran expresivos de una blancura poco común, que hacían brillar el zafiro que enmarcaban, su nariz era pequeña, bien proporcionada, me entretuve un momento viendo sus labios húmedos, del mismo tono que los pétalos de rosa al momento de florecer.

Su ropa ceñida, pero con cierta holgura para llevarla en el transcurso del día sin incomodidad, fue un impresionante cambio de sus ropas de "trabajo" a su indumentaria casual, llevaba en sus manos una olla, la puso en el fogón de la chimenea para calentar su contenido, en ese momento volteó a ver al hombre...

-Padre eh traído a un invitado, comerá con nosotros, el me venció en una competencia de arco, sus habilidades me recuerdan a ti cuando me llevabas a ver tus entrenamientos- le dijo alzando un poco la voz, mientras su padre giraba ligeramente la cabeza para captar cada palabra, al mismo tiempo me dirigió la mirada, sólo se me ocurrió ponerme de pie y dar un paso al frente.

- Me honra mucho estar en su compañía, fue una competencia muy pareja en nuestro encuentro de arquería, la buena fortuna me ah acompañado hoy todo el día. - saludarlo me pareció lo más correcto, sin embargo me sentía abrumado por la mirada tranquila que me escudriñaba, esperaba alguna clase de respuesta de su parte, después de verme de pies a cabeza, con su mano me indico que siguiera sentado, el silencio me parecía incómodo, sin embargo las llamas bailaban en la chimenea iluminado en diferentes matices el cuerpo de mi bella anfitriona, mi pecho se oprimía cada vez que ella se volteaba y me sonreía.

-Y dígame Sir, si no es muy atrevido de mi parte, me gustaría saber si un caballero de su clase, se ah visto entretenido por el regocijo del pueblo en la celebración de la cosecha?- sus palabras llegaron a mi como un susurro al principio, después el sonido de su voz, inundo la habitación, me saco de mi estupor, si es posible sobrellevar el hecho de que un ángel se dirija a uno, más aún me impacto que me tenía en tan alta alcurnia, no pude si no reírme nerviosamente antes de contestar.

-Mi Lady, me temo que esa en un error, no soy más que un humilde Herrero, mis espadas todas se vendieron en un día, sin más que hacer, me compre estas ropas para aprovechar el tiempo libre que tenía antes de continuar con mis planes...-Estuve por nervios a punto de hablar de más, mal rayo me parta, me eh descidido a desposar a esta simpática criatura, sin embargo tengo el presentimiento de que pedírselo a su padre en este momento, no vendría nada bien, siento que no necesito conocerla más, pero desearía que ella tuviera una mejor opinión de mi antes de proponerme como compañero de por vida.

Fin Capítulo 9

martes, 16 de abril de 2013

Perspectiva

El día de hoy, odio la soledad.

Pues cuando estoy sólo, me siento triste, mi corazón no lo resiste
y para ser feliz feliz piensa en ti.

Recuerda la seriedad con la que me decías "te amo", la sonrisa en respuesta de un beso, que con uno más intenso desaparecía.

Recuerdo como tu cuerpo se comunicaba conmigo, pues sabía que así todos deseos serían concedidos.

Añoro la intensidad de tu mirada, pues con ella me decías que lo que yo te hacía te llenaba, no nos importaba nada, sólo el placer nos unía, pues nadie más nos lo daba.

Ay tonto corazón, que gran error cometiste, lo nuestro ya no es posible, no hay nada más triste.

miércoles, 2 de enero de 2013

Aventuras medievales - La Fragua del Dragón 1x08

Capítulo 8

Sin duda sus palabras en un fuerte italiano no me molestaron, pues aunque mi victoria fue legal, a cualquiera le molesta perder cuando las condiciones no son del todo favorables, sin embargo nos enfrentamos en un justa que media nuestras habilidades, sentí que podía dirigirle unas palabras sin ánimo de ofender, cavilaba anonadado en sus ojos azules, cuando se acerco a ella su socio, visiblemente molesto.

-como a sido posible, nos han derrotado, tu me aseguraste que nadie en el pueblo sería capaz de vencerte, me haz costado dinero, olvídate de que te pague, miserable campesina!- le grito molesto y levantándole la mano.
-Un momento caballero, usted montó este negocio con la intención de no peder ningún encuentro!? Eso me parece bastante deshonesto, si es así yo le recomiendo terminar con sus negocios ahora mismo, si no quiere que todos los anteriores participantes, tomen la iniciativa de cobrarse de mala manera.- le dije al encargado que miro de reojo a la multitud, en algunos aún se veía la inconformidad de sus derrotas.

-Ni hablar, siendo así aquí esta su premio, ha demostrado increíbles habilidades, usted quebró la banca, mejor será que me retire con lo poco que he ganado, sin embargo yo emplee a este mujer con la condición impuesta por ella misma, de que si alguien le ganaba no recibiría su pago, caso contrario se llevaría una décima parte del total de lo ganado mientras hubo participación, entonces me voy, ya lo eh dicho todo.- así se retiró llevándose todo el equipo, pues los arcos, flechas y atrios le pertenecían, mi adversario no pudo articular palabra alguna, se le notaba bastante decepcionada

-ah sido un encuentro de lo mas emocionante señorita, muchas gracias por los desafíos y el duelo tan intenso- le dirigí estas palabras sinceras, pues me divertí como no lo hacía en mucho tiempo.

-Mire Sir, le agradecería que no se burlé de mi, me eh quedado sin paga y sin empleo, no es fácil la vida aquí, hay que arriesgarse, hoy me todo perder, pero la próxima no tendrá tanta suerte.- se disponía a retirarse, con los ojos húmedos, seguramente el no recibir ninguna paga no estaba en sus planes...

-Señorita, un momento, mire verdaderamente estoy muy feliz de haber participado contra usted, como muestra de mi gratitud, acepte el premio en mi lugar- le dije extendiéndole la bolsa con el premio.

-Escúcheme Sir yo no soy ninguna pordiosera, no puedo aceptar el premio que usted gano a buena ley- me respondió indignada
-Pero señorita, verdaderamente usted gano este dinero con su esfuerzo, yo sólo aposté una moneda de plata, además como participante me fueron atendidos mis deseos, pues incluso se tomaron medidas adicionales para escoger al vencedor- la señorita lo pensó dos veces, pero accedió a recibir la bolsa.

-Sir, aún que le agradezco mucho el gesto recibir dinero a cambio de nada no es algo honorable, eh estado en el puesto desde muy temprano, no eh tenido oportunidad de alimentarme, si no es inoportuno para usted, desearía acompañarme a comer a mi hogar!? - ella estaba hermosa con su sonrisa sincera, el dinero que legítimamente le pertenecía tranquilizo un poco su humor, no podía por nada del mundo, negarme a acompañar a tan simpatía criatura.

- Será un placer, pues deseo conversar con usted en un lugar menos bullicioso, si a usted le place- le dije y ella con un gesto me indico el camino, tal vez eh encontrado lo que buscaba.


Fin del capítulo 8