sábado, 17 de agosto de 2013

Corazón oprimido

En momentos de soledad, cuando nada más que el mismo tiempo avanza, yo retrocedo en el.

Añorando los instantes de mi vida que compartí contigo, perdiéndome en tus ojos, cautivado con tu dulce voz, con tu risa sincera, con tus necesidades que sólo yo pude saciar.

Valoro tanto las cosas que hiciste por mi, el que en su momento, las reglas que tenías para ti misma poco importaron, pues era tu objetivo hacerme feliz.

Mi corazón se oprime en tu ausencia, le hace falta una razón para latir.

Realmente nuestra relación era simple, nació de tus inquietudes, se alimentó de mis atenciones, creció en un ambiente de aventura, amor y placer.

Lo teníamos todo, no necesitábamos más, pero la codicia nos domino, tu querías más de mi tiempo y yo quería más de ti.

Pudimos haber continuado nuestro amor prohibido por siempre, nos importo poco las consecuencias de nuestros actos, creímos que todo lo podríamos conseguir, que equivocados estuvimos.

Mi corazón se oprime de dolor, por que nos separaron de súbito.

Cuando tuvimos que terminar, cuando creímos que estar separados era lo mejor, no logramos por mucho tiempo conseguirlo.

Y sin embargo, la entrega total que teníamos, al verse reducida de tal manera, acumulo ansiedad y desato un gran error, mi error.


Mi corazón se oprime al descubrir mi debilidad, pues lo que siempre negué, lo que me hacia mejor que los demás se destruyo.

Desde entonces y para siempre, me eh arrepentido de mi frialdad, de mi manera de proceder, de mis errores...

El tiempo avanza, los recuerdos permanecen, mientras más vivos más dolorosos, nunca olvidare cuando ame por segunda vez; por última vez.

Vivo con el corazón oprimido, pues al comprimirse alcanza a disminuir el espacio vacío que dejo tu adiós y toca los remanentes del lugar al que perteneces aún.