Amazona

Salvaje e independiente guerrera, que no ocupas jamás al hombre vulgar, pues es un estorbo en tu vida y no lo vas a necesitar.

Bendecida por la diosa, jamás ocupaste a nadie que no fuera de tu mismo género y lugar, quien diría que tus sentimientos pronto podían cambiar.

El fauno se acercó a ti, con un nuevo arte, te enseñó a cazar más eficientemente y con velocidad, eras ahora aún más bendita, pues solo a ti tan arduamente te quiso enseñar.

Despertó en ti sentimientos que por otro no habías sentido, no tuviste reparo en decirle la verdad, confesar tu amor y tu cariño.

Sin embargo, pronto entendiste que no podía ser tu amor y buscaste en otro lado lo que te parecía mejor, un antiguo anhelo, un nuevo amor.

Sin embargo, todos tus sentimientos de dudas te guardaste, jamás al fauno que te amaba le Informaste, por lo cual sintió que lo traicionaste, el cálido guía, el amoroso tutor, se convirtió en macho cabrio y rechazo para siempre que estés a su alrededor.

"Aléjate de mi traicionera, jugaste con mi amor y mi paciencia, no vengas hoy a aprender más de mí, pues todo lo que te di, no es para nadie más, jamás otra cosa de mí obtendrás" en la oscuridad ajena a sus reinos naturales se hundió el fauno, negando cualquier contacto y esperando encontrar la paz, una situación triste que parecería no tener final.

Sin embargo, una musa observó, desde el principio hasta el final y de la oscuridad, saco a la víctima de la traición fatal, con la luz de su ser iluminó un nuevo camino, pero las musas son inspiración, jamás son el destino.

Que será de ti, fauno guía, seguirán tomando de ti y jamás te traerán alegría.