martes, 18 de septiembre de 2012

Insecto

Eras alguien importante para mí, creí que siempre te vería por encima de los demás, incluso te di todo lo que tenías y te enseñe a valorarlo.

Aun así siendo quien eras para mí, me atreví por circunstancias extraordinarias a traicionarte, aun así dentro de mi aparente mala jugada yo veía por ti, trataba de que las cosas fueran bien para todos... Tu curiosidad, tu inconformidad, tu doble moral hecho todo a perder.

Cuando todo se vio perdido, estaba dispuesto a afrontar cualquier castigo, pero no tuviste la fuerza o la voluntad para ser un verdugo y te convertiste en un mártir.

Cuando la marea baja, cuando todo parecía en calma, destruiste la fe y el poco amor que aún sentía por ti, pues eso tan valioso que tome de ti que no supiste valorar, que es tan preciado para mí, no fue digno de una palabra de una frase de desprecio, sin embargo, si me volviste a hablar, no fue para reclamarme, para pedirme explicaciones, fue para pedirme una cosa insignificante y material, que en un principio te Alejó de lo que yo más quiero, aquello que yo tome de ti...

Eres basura, insignificante.

Tendrás lo que me pediste por qué al fin y al Cabo es tuyo.

Pero lo que yo tome de ti, aunque este contigo ya no te pertenece, pues esta por miedo y no por amor, probablemente el peor castigo que yo sufra será estar lejos de lo que más amo, ojalá recuerdes mis palabras y mis actos, pues si pierdes de nuevo lo que me arrebataste, merecerás la muerte y no solo mi odio.

Insecto.

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