Que va a ser de mí, pues toda la vida estaré separado de ti.
Como ser feliz, si mi felicidad eres tú y no puedes ser mía ni ahora ni nunca.
No me arrepiento de nada, pues aunque ahora sufra, antes fui feliz.
Parecía qué lo qué fue, nunca sería, pues las posibilidades eran mínimas, pero las grandes cosas vienen de existencias ínfimas, porque la vida nació de un impulso diminuto, crece sin control y sin medida; así nació nuestro amor, de la delicada existencia de dos necesidades, nació de la pequeña posibilidad de algo, creció sin control y sin medida.
Sin embargo, las mismas reglas de la vida se aplican, porque un parpadeo es la vida, inicia todo de súbito y de súbito termina.
La inmortalidad es añorada, porque la gente desea vivir mil experiencias y que no termine nunca, yo prefiero recordar que moriré algún día, pero antes de eso siempre agradeceré mi felicidad y mi sufrimiento, pues aunque sea un tormento, te conocí y fui feliz aunque solo fuera un momento, nada es más valioso para mí, porque ese ínfimo momento me hizo sentirme más vivo que nunca en toda mi existencia.
Pues si la vida es un tormento, pero la existencia es una dulce recompensa para quien vive intensamente y sin arrepentimientos.
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